¿Qué es la insuficiencia venosa crónica?
La insuficiencia venosa crónica, o IVC, se produce cuando las válvulas de las venas de las piernas no pueden hacer su trabajo correctamente. En lugar de ayudar a bombear la sangre de vuelta al corazón, las válvulas debilitadas dejan que la sangre se acumule en depósitos. Estas acumulaciones de sangre, o estasis, pueden causar dolor e inflamación. También pueden aparecer manchas en las piernas, úlceras y venas abultadas.
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Antecedentes de insuficiencia venosa crónica
La insuficiencia venosa crónica no es nada nuevo. Dado que nuestras venas son a menudo visibles bajo la piel, han sido objeto de estudio durante miles de años.
Las investigaciones sobre las venas de las piernas se remontan al año 1550 antes de Cristo. Los primeros escritos y esculturas se centran en las anomalías de las varices, que suelen acompañar a la insuficiencia venosa crónica.
En la década de 1960, empezó a surgir un tratamiento adecuado para los problemas vasculares. A medida que la tecnología seguía desarrollándose, los ultrasonidos, el láser y la escleroterapia con espuma se convirtieron en los métodos preferidos para tratar las enfermedades venosas.
Población y demografía
Casi la mitad de la población de Estados Unidos tiene algún grado de IVC, pero afecta más comúnmente a personas mayores de 50 años. Dado que el embarazo afecta al flujo sanguíneo de las piernas, la insuficiencia venosa crónica es más frecuente en la población femenina.
Causas de la enfermedad
No existe una causa directa de la insuficiencia venosa crónica, pero existen muchos factores que pueden aumentar la probabilidad de padecerla. La insuficiencia venosa crónica tiene múltiples causas, entre las que se incluyen los factores hereditarios/antecedentes familiares, el proceso de envejecimiento, el embarazo/los embarazos múltiples, los trabajos que requieren estar sentado o de pie durante mucho tiempo, la obesidad, las lesiones/daños en las venas, antecedentes de TVP y una estatura elevada.
Signos y síntomas
Aunque mucha gente puede pensar que la insuficiencia venosa crónica va acompañada de varices, esto no siempre es cierto. Algunos pacientes experimentan un aumento de las venas varicosas, pero no es un signo constante de la IVC. La insuficiencia venosa crónica y la fatiga son una combinación más común.
Por el contrario, hay que estar atento a la inflamación de las pantorrillas y los tobillos, a la descamación y el picor de la piel, a los calambres en las piernas y a los espasmos. También puede experimentar el síndrome de piernas inquietas, ardor, pesadez y cansancio. Observe la piel en busca de signos de úlceras por estasis y de cualquier cambio en su aspecto, especialmente si empieza a verse como cuero.
La gravedad de los síntomas varía mucho en función de la evolución de la enfermedad. Si solo tiene un par de los signos anteriores, hable con su médico. Sus venas no se fortalecerán por sí solas, y seguirán debilitándose con el tiempo y la edad.
Con una intervención temprana, se puede evitar la ruptura de capilares que cambian el color de la piel y las problemáticas úlceras.
- Venas varicosas visibles
- Inflamación de piernas
- Dolor en las piernas
- Sensación de pesadez en las piernas
- Fatiga en las piernas
- Piernas inquietas
- Manchas en la piel de la parte inferior de las piernas/tobillos
- Llagas/úlceras abiertas en la parte inferior de las piernas/tobillos
Estar embarazada al menos una vez también puede contribuir a la IVC, ya que el peso añadido del bebé y los cambios corporales afectan directamente al flujo sanguíneo en las piernas.
La falta de ejercicio y el hecho de estar de pie o sentado durante periodos prolongados también puede provocar la IVC, ya que crea más presión.
La causa más común de la insuficiencia venosa crónica es un coágulo sanguíneo actual o pasado (denominado trombosis venosa profunda, TVP). Un coágulo en las venas profundas puede causar un daño importante a las venas de las piernas. Incluso si no es consciente del daño, podría empezar a mostrar síntomas de IVC.
Diagnóstico de la insuficiencia venosa crónica
El diagnóstico de la insuficiencia venosa crónica se realiza mediante la obtención de una historia clínica y un examen físico detallados que incluyan los antecedentes médicos primarios del paciente, los síntomas que presenta y los factores de riesgo.
Los estudios dúplex venosos o la ecografía pueden realizarse para detectar cualquier patrón de flujo sanguíneo anormal en las venas de las piernas. Esto se hace colocando una sonda sobre la piel que permite al tecnólogo visualizar el flujo sanguíneo en las venas. Esta prueba suele requerir que el paciente esté de pie durante una parte de la prueba y también se le puede pedir que realice ciertas técnicas de respiración.
La ecografía de la insuficiencia venosa es el método de imagen más utilizado en el diagnóstico. Esta sencilla prueba ofrece al médico una representación visual del funcionamiento de las venas de la pierna. Las imágenes mostrarán si la sangre se mueve de forma correcta o si tiene una trombosis venosa profunda.
Otras pruebas posibles son varios tipos de venografías, en las que introducen un contraste en las venas para obtener imágenes de calidad de posibles obstrucciones.
Tratamiento
Dependiendo de la gravedad de la IVC, el médico puede recomendar varios planes de tratamiento. Si aún se encuentra en las primeras fases, el objetivo principal es evitar la dolorosa inflamación y las úlceras. Para ello, puede seguir una dieta sana, hacer más ejercicio, usar calcetines de compresión y cambiar de posición habitualmente para mejorar el flujo sanguíneo. Otra opción pueden ser ciertos tipos de medicamentos que reducen la posibilidad de que se formen coágulos.
Las medidas de tratamiento conservador para ayudar a tratar los síntomas de la enfermedad incluyen el uso de medias de compresión, la elevación de las piernas, el ejercicio rutinario y el mantenimiento de un IMC <30. Las medidas de tratamiento conservador ayudarán a controlar los síntomas y a ralentizar la progresión de la enfermedad, pero no curarán ni revertirán el reflujo venoso superficial.
Si tiene una insuficiencia venosa grave, es posible que tenga que someterse a un tratamiento específico como la escleroterapia. Este proceso consiste en la inyección por parte de su médico de una sustancia en la vena concreta que está causando problemas. La vena se cierra entonces y la sangre toma otra ruta más saludable.
Procedimientos mínimamente invasivos
El tratamiento temprano del reflujo venoso superficial suele realizarse en el ámbito ambulatorio con técnicas mínimamente invasivas que pueden incluir la ablación o el cierre de las venas que no funcionan correctamente. De este modo, el flujo sanguíneo se desvía hacia las venas profundas y se reduce la presión y/o la acumulación de sangre en las venas superficiales. El procedimiento suele durar entre 1 y 2 horas y le permite volver a su nivel de actividad normal con restricciones mínimas en el mismo día. Hay un riesgo mínimo involucrado con estos procedimientos y disminuye moretones y cicatrices mínimas con una pequeña incisión.
Radiofrecuencia (RF) o ablación con láser: se trata de un procedimiento que se realiza introduciendo un catéter especial dentro de la vena superficial que se va a tratar, de forma parecida a introducir una vía intravenosa. Una vez que el catéter está colocado, se transfiere energía a través de la punta del catéter para sellar la vena.
Escleroterapia con espuma - Este es un procedimiento que se realiza inyectando un tipo especial de medicamento en la vena que causa una respuesta inflamatoria dentro de la vena haciendo que se cierre.
Flebectomía Microstab - Las venas varicosas pueden tratarse realizando una flebectomía microstab para eliminar pequeños trozos de la vena abultada. Para ello, se realiza una pequeña punción o incisión en el lugar de la vena y se extraen pequeños segmentos para interrumpir el flujo sanguíneo a través de la vena, lo que hace que ésta se colapse y se vuelva menos prominente.
Si se identifican procesos de enfermedad venosa profunda, como el síndrome postrombótico o compresión de la vena ilíaca, la evaluación y tratamiento adicionales pueden incluir la venografía, ecografía intravascular (IVUS, por sus siglas en inglés), venoplastia y colocación de stents. Todos ellos son procedimientos mínimamente invasivos que suelen realizarse en el ámbito ambulatorio.
Prevención de la insuficiencia venosa crónica
Si tiene un alto riesgo de padecer insuficiencia venosa crónica (obesidad, tabaquismo, más de 50 años de edad), tome algunas de las siguientes precauciones para evitar la IVC
- Dejar de fumar
- Perder cualquier peso extra
- Comer saludablemente y hacer ejercicio de rutina
- Tratar de no estar sentado o parado por períodos prolongados
- Ajustar su espacio de trabajo para aliviar cualquier presión en sus piernas
- Invierta en zapatos con soporte adicional
Ninguna de estas cosas le garantizará que no vaya a padecer IVC, pero todas ellas contribuyen a un estilo de vida saludable con una presión arterial baja, lo que reduce el riesgo de insuficiencia venosa.
Evolución de la enfermedad
Los primeros signos de la IVC son las arañas vasculares y las varices. A partir de ahí, la enfermedad provoca una hinchazón excesiva en la zona de las pantorrillas y los tobillos, provocando a menudo manchas cerca de los pies.
Si no se trata, la piel puede empezar a cambiar para tener un aspecto y un tacto similar al del cuero. La etapa final es la formación de úlceras abiertas en la piel que son difíciles de tratar.
Lo mejor es hablar con un médico en cuanto vea alguna araña o várice para empezar a manejar la presión antes de que empeore.
Este artículo es un resumen general de la insuficiencia venosa crónica. Sin embargo, no debe sustituir a la consulta con un médico. Si está experimentando alguno de los síntomas mencionados anteriormente, o conoce a alguien que lo esté, póngase en contacto con nosotros hoy mismo para programar una consulta.
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